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El gran vendedor ambulante
Basta con la salir a la avenida más cercana para darnos cuenta de que hay unas cuantas personas que caminan a lo largo de la calle, entre los carros, en cada semáforo en rojo ofreciendo sus productos que van desde caramelos y chocolates hasta libros y esos protectores solares para los carros. Es cierto que el peruano siempre anda apurado por eso que mejor idea la de estos señores que venden de la forma más rápida y sencilla, en la calle. El vendedor ambulante se ha hecho un lugar en Lima, no hay esquina donde no se pueda encontrar a uno, que incluso varía su mercadería. En verano vende helados y cuando empieza el frío en las tardes, se cambia su chaleco de D’Onofrio por la casaca de Sublime, vendiendo chocolates a dos por un sol cincuenta. Nadie puede negar que alguna vez le ha comprado a alguno y es que de verdad es la forma más fácil de comprar, como esos que en cada examen de admisión hacen su agosto vendiendo lápices y borradores, a cuántos habrán sacado del apuro. El vendedor ambulante vende de todo, agendas al empezar el año y hasta he visto que venden juguetes en diciembre, para los padres distraídos que no compraron los regalos de navidad. Como se dice, el peruano está en todas.
si venden de todo y es verdad q te sacan d apuro, sobretodo si falleces de hambre, ademas sacan ofertas q ni las propias fabricas dan, tipo 2 ole oles x 0.50 y 5 x 1 sol
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